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Schmid reconoció el quiebre de la CGT y empezó el remolino de candidatos

Si bien es muy prematuro hablar sobre los posibles nombres que puedan suceder al triunvirato, el nuevo proceso de conducción de la CGT puede pasar distintas opciones.

Luego de las declaraciones de Schmid en las que admite la fractura de la CGT, se desprenden varios vértices sobre la futura conducción de Azopardo. Vario nombres y muchos problemas para la central histórica, casa madre del movimiento obrero argentino.

Uno de los que siempre mostró un perfil muy bajo pero que es un dirigente bien visto por todos los sectores que componen el universo sindical cegetista, es el ferroviario Sergio Sasia. Aunque el propio dirigente de la UF no quiera referirse al tema, desde varias puntas lo señalan como un hombre moderado, con buena relación con el Gobierno pero a la vez ubicado en su desarrollo gremial y con un sindicato en marcha luego de una gestión que terminó con José Pedraza, ex secretario general de la Unión Ferroviaria, preso.

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Un colega de Sasia, el maquinista Omar Maturano (La Fraternidad), es un moyanista que también corre con el traje de candidato. Observado con buenos ojos desde el Consejo Directivo y con liderazgo dentro de su gremio. Además, tiene capacidad de impacto gremial y movilización

Otro de los mencionados es Pablo Moyano, hijo del ex secretario general de la CGT pero, si bien es respetado por muchos y posee un enorme poder de convocatoria. Fue perdiendo peso en los últimos meses. El Adjunto de Camioneros tiene una pésima relación con el Gobierno y eso puede ser uno de los factores que lo bajen de la carrera.

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Las 62 Organizaciones peronistas también atraviesa sus propias internas y no posee candidatos que se hayan hecho notar desde el fallecimiento del histórico dirigente rural, Gerónimo Venegas, quien sí era uno de los candidatos y cuando aquel 22 de agosto de 2016, Hugo Moyano propuso el triunvirato, eligió romper vínculo y denunciar a la central ante el Ministerio de Trabajo.

No deja ser un candidato mantenerse en el puesto, el propio Juan Carlos Schmid, quien tiene a favor ser un hombre del nucleo duro y cerrado de Hugo Moyano y, de los tres, es el mejor visto. Carlos Acuña no ha tenido una participación que lo destaque dentro de la conducción, y Héctor Daer ha sido mas opositor que aliado, puertas adentro, y sus movimientos políticos, tampoco han sido bien vistos por muchos dirigentes.

El siempre respetado Sergio Palazzo tiene un lugar detrás de la línea de partida, aunque desde adentro, admiten que la ideología política del bancario puede jugarle en contra. Lo curioso es que lo reconocen como  un dirigente absolutamente apto para sentarse en el 4to piso de Azopardo. “Un dirigente de la p….madre”, le reconoció un histórico a Sonido Gremial, a fines del 2017.

Siempre cabe la posibilidad de la aparición de un tapado, pero en su momento, con mas información, puede darse la chance de el surgimiento del nuevo enigma.

La realidad es que hoy, ya con la fractura consumada, gremios que antes se habían alejado del núcleo cerrado del moyanismo, comenzaron a acercarse para volver a ser lo que antes era. Dos facciones bien marcadas.

Por supuesto, estas conjeturas se desprenden luego de las declaraciones de Schmid, las cuales admiten el final de una etapa en la conducción de la CGT. Cuando el propio portuario reconoce que la “impresión” que tiene es que “el ciclo está agotado”, es porque realmente así sucede. Desde ese momento en adelante, las miradas pasarán por quien será el que tome el timón de un barco que se encuentra a la deriva y con un horizonte incierto. El Gobierno Nacional, claramente el más beneficiado de todos, es un actor que mira desde la platea, con un gran aporte, pero que no se hubiese hecho notar si las diferencias nos existían desde antes, puertas adentro.

Por otro lado, está la incertidumbre de saber quién será el conductor de la facción de los “gordos” e “independientes”, si es que finalmente todo se transforma en una división – que por cierto es histórico en el movimiento obrero, desde Rucci, Vandor y Ongaro, en los 70 hasta la fecha, con ejemplos más recientes, con Hugo Moyano, Antonio Calo y Luis Barrionuevo-.

Aun con este panorama, la renovación de autoridades aun no tiene fecha cierta y, quizás, la marcha del 21 de febrero pueda dar algún indicio, además de ser una de las probables últimas manifestaciones populares con Schmid y Acuña a la cabeza de la columna de la CGT. Daer, al no estar ese día, por ahí ya haya hecho su ultima aparición como jefe de la central.

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