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Remises: una actividad financiada por el Poder de turno en sus campañas

El remis es un rubro que en su gran mayoría funciona a través de los avales de los Intendentes y poderes de turno. Hoy registra la mayor parte de sus gama de trabajadores en negro, no solo en Capital y Buenos Aires, sino en todo el país. Los gremios y un trabajo silencioso contra las mafias de los poderes locales.

La actividad remisera ha sido siempre un termostato en la Argentina. UCAIRRA denunció en varias oportunidades la falta de registro en los municipios, no solo en la Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires, sino en el resto del país, donde la situación con los choferes y las agencias se ha vuelto casi un brazo amigo de los poderes de turno.

En todo el territorio nacional existe una nomina cercana a los 900.000 trabajadores, “de los cuales entre un 90 y 95 % se encuentran en situación precarizada”, detalló Raul Albil, secretario general de la Unión de Conductores de Autos al Instante y Remises. “Siempre los Gobiernos utilizaron la actividad como medio compensatorio por los servicios prestados en las campañas electorales”, agrega el dirigente para indicar que el modus operandis de los intendentes es recaudar desde las oficinas de transito. “La conformación de decretos municipales, costos de licencias, habilitaciones y todo lo que les genera dinero, pero hay algo que el Gobierno no se da cuenta de lo valioso de esta actividad y es que el remis es un regulador de la economía particular cuando el país sufre una crisis; lo primero que hace un trabajador despedido es subirse a su vehículo y ´remisear´”, recuerda Albil, por ejemplo, en la era 2001. “Si el rubro estuviera blanqueado serian casi un millón de trabajadores menos que engrosan el porcentaje de desempleo; mas recaudación en aportes, laborales como patronales; disminuirían las consultas a hospitales públicos, ya que la Obra Social se haría cargo de la atención”, continúa.

Albil relata el caso de la provincia de Salta, “donde está formada la AMT (Autoridad Metropolitana de Transporte) la cual vende las licencias, no a los choferes, sino solo a 20 agencias, los cuales se las alquilan semanalmente a los conductores y de esa manera regulan quien trabaja y quién no. Son mafias establecidas entre propietarios y el estado municipal”, concluye el dirigente sindical.