Los trabajadores del Control de Ingreso Provincial de Productos Alimenticios (CIPPA) temen por sus puestos de trabajo ante el retraso de pago de sus haberes y la falta de garantía de cobrar los del próximo mes.
La delegada de ATE en CIPPA, Mónica Leiva, dejó en claro que la situación del organismo se agravó con la catarata de amparos presentados hace más de un año por las grandes empresas nacionales, principalmente de lácteos, que no quieren ser controladas al ingreso a la provincia.
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Hemos recibido amparo de La Serenísma, empresas grandes, rechazando ser inspeccionadas en el ingreso de la provincia porque dicen que funcionamos como una aduana interna y que ellos tienen estatus perfecto. Nosotros lo que queremos es que los alimentos sean controlados”, sostuvo Leiva.
La representante gremial se mostró a favor de una reconversión del organismo para evitar que “cien familias se queden en la calle”.