Se trata de un análisis realizado por el Instituto Sindical Europeo sobre los salarios y la situación económica que atraviesa Europa del Este.
El Instituto Sindical Europeo de la CES (ETUI) realizó un estudio sobre salarios de los países del Este de Europa que mide el grado de convergencia en prosperidad económica y su traducción en salud o educación, uno de los objetivos de la construcción europea.
Si bien el análisis se refiere a países europeos, sus conclusiones se pueden generalizar al conjunto de la UE, demostrándose el aumento de las divergencias y desigualdades en su interior. Los motivos fueron las políticas de austeridad impulsadas por el Consejo Europeo durante la crisis. A modo de ejemplo, el salario medio nominal que cobra un trabajador español comparado en porcentajes con idénticos salario de un trabajador alemán empeoró durante estos años de la siguiente forma: del 79,71 % en 2008, al 77.61 % en 2012, llegando al 73.06 % en 2015. El remedio pasa por cambiar las políticas de inversión y demanda.
Por su parte, tras la elaboración del ‘Libro Blanco sobre El futuro de Europa’, La Comisión Europea publicó un documento de reflexión, -El encauzamiento de la globalizaciòn- donde, luego de destacar sus beneficios parece haberse dado cuenta de que existen sectores productivos y personas perjudicadas, sin que hayan existido políticas relevantes que compensen o alivien los males.
Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión, consideró que “en conjunto, la globalización es buena para la economía europea, pero esta valoración significa poco para los ciudadanos de la Unión si los beneficios no se distribuyen equitativamente y de manera más uniforme”.
“Europa debe ayudar a reescribir el código normativo mundial de forma que el libre comercio pase a ser comercio justo y de modo que la globalización sea sostenible y redunde en beneficio de todoslos europeos”.
Según Javier de Vicente, Secretario de Acción Internacional de USO, “estas palabras no significan mucho, aunque son un avance, porque son contradictorias con la política de la UE de hacer tratados comerciales como el CETA, TTIP y TISA que comprometen un comercio justo, dado que los socios de esos acuerdos no tienen suscritas las principales Convenciones de la OIT, no hay freno a la planificación fiscal agresiva y a los paraísos fiscales o no hay una relevante política para una transición energética justa”.
El austericidio continúa en Grecia
Los acreedores renuevan sus créditos a cambio de más medidas de ajuste, reducción de pensiones y un aumento de superávit fiscal a pesar de la depresión económica.
Las medidas reducirán la demanda interna e incrementará el sufrimiento a la población, sin que se tomen medidas de mejoras del tejido productivo o se proporcionen inversiones públicas. Un círculo dañino al que tanto la UE, como el FMI, encadenados a dogmas neoliberales y a que se pague la deuda, no quieren cambiar. Por su parte, la CES y los sindicatos griegos reclaman un giro de políticas para mejorar la producción y el bienestar de la ciudadanía.