🔵La CGT le da los últimos giros a la rosca electoral y los disensos parecen ser más contundentes que los acuerdos. Por esto, se manejan variables🔴
En el artículo “Tras la dura derrota del peronismo, ¿qué perfil debe tener la próxima CGT?”, desde Sonido Gremial se planteó una de las incógnitas que flota en la esquina de Independencia y Azopardo. Los rumores no hacen más que indicar que la derrota del “peronismo” el 26 de octubre dejó coletazos y que la comparación fue como si se comenzara el superclásico 0-1 desde el vestuario.
El cambio de estrategia es –indudablemente- la principal estrategia en la no estrategia que dejó la elección de medio término. Y la CGT entró en esa vorágine. Tras ello, el Gobierno se acercó al área y amenaza con meter el segundo: la reforma laboral ya suena tan fuerte que pone en alerta a gremios, obras sociales y los y las propios trabajadores, hasta el más llano y menos militante.
Faltan apenas 48 horas para que la Confederación General del Trabajo ¿renueve? a su conducción y la abundancia de disensos son la principal pieza en el tablero de ajedrez. El Gobierno, mientras tanto, realiza los movimientos propicios que le habilita la tragedia ajena. El peronismo, el kirchnerismo, la CGT, los gremios y los dirigentes, son una maraña de incertidumbre. Y de eso, el Gobierno parece sacar varios metros de ventaja.
Para volver al inicio de esta nota, la rosca de la central atraviesa horas decisivas. Primeramente, la danza de nombres se convertía en algo tradicional, folcklorico y hasta divertido: hoy ya no lo es.
No lo es a tal punto que durante el fin de semana comenzó a tomar fuerza la idea bien concreta de suspender las elecciones y promover la prórroga del mandato del actual consejo directivo durante 6 meses. ¿Cuál es el objetivo? Enfrentar el debate por la reforma laboral con un plantel experimentado y con una cúpula curtida y con espalda para bancar el embate.
Las motivaciones de la idea surgen desde la falta de acuerdos en los nombres que aparecieron para ser los sucesores en una etapa de alto voltaje. Todos coinciden en una conducción única pero nadie en el que aglutine todas las voluntades por igual. También coinciden en renovar el triunviro, pero mucho menos en los nombres para integrarlo.
Ninguno/a de los mencionados ofrece la confianza en el otro para cargarse la reforma laboral. No es para menos: la tal ansiada modernización del sistema laboral, coma la llamó el propio presidente de la nación, llegará al Parlamento para revolucionar todo ámbito de defensa de los derechos. En ese rumbo, la dirigencia sindical toda prefiere nombres de peso y trayectoria en el cargo para negociar, y los únicos que logran ese punto de encuentro son el propio Héctor Daer, seguido de Gerardo Martínez, incluido Andrés Rodríguez, quien actualmente se encuentra recuperándose de una afección cardiaca que lo mantiene bajo observación médica y José Luis Lingeri, también parte de la dirigencia que mantiene abierto el proceso de negociación. Sergio Romero, Jorge Sola y Luis Barrionuevo, también Omar Maturano son de los que también forman parte del poroteo.
En fin…este lunes, la rosca se seguirá ajustando y Obras Sanitarias espera definiciones…