🔵La Mesa Sindical contra el Impuesto a las Ganancias se pronunció contra el pedido de los gobernadores de reinstalar el polémico gravamen🔴
El agrupamiento La Mesa Sindical contra el Impuesto a las Ganancias, como lo indica su denominación, fue constituida con el fin buscar la eliminación del impuesto y su impacto en los salarios de cerca de dos millones de trabajadores formales. Ese objetivo se cumplió pero hoy asume un riesgo ante el pedido de los gobernadores para derogar la ley porque consideran que produjo daños financieros a las arcas provinciales.
Cerca de 50 gremios firmaron un documento contra la iniciativa tanto de los mandatarios del interior del país como de la valoración positiva que hacen desde Casa Rosada del pedido que proviene desde las provincias. La eliminación del IG fue una de las grandes hazañas del movimiento obrero, durante la gestión de Sergio Massa al frente de la cartera Económica.
La Mesa Sindical señaló que “los gobernadores saben perfectamente quienes son los actores económicos que tienen ganancias y rentas extraordinarias para equilibrar sus presupuestos en cada distrito”, en clara alusión a la queja de los mandatarios y el sesgo de sus apuntes. “No tienen voluntad política de cobrar el impuesto a quienes tienen ganancias, rentas extraordinarias o beneficios de la especulación financiera”, insisten.
“La Constitución reformada en 1994 habilitó al sistema político a aprobar una nueva ley de coparticipación federal. Durante 30 años evadieron el tema y ahora pretenden cobrárselo a un millón y medio de trabajadores/as que luchamos democráticamente para defender nuestros salarios”, agregan en el documento.
Y marcan: “Nos quieren convencer de que una inflación del 250% anual es mejor que una de 160%, que los aumentos siderales y diarios de precios son un signo de salud económica, que el dólar a $800 pesos no trae consecuencias, que los despidos masivos o suspensiones son una solución, que la quita de derechos laborales es virtuosa (como en la época del menemismo en que terminamos con 20 millones de pobres), que emplear la violencia para enfrentar la protesta social es racional y que la estanflación es una secuela inevitable que las mayorías debemos aceptar con resignación”.
Señalan –a la vez- que no son los trabajadores los que fugan, especulan ni evaden. “Sufrimos las consecuencias de políticas erróneas que exacerban nuestras debilidades a pesar de la abundancia de recursos materiales y humanos. Es más: estos meses volcamos nuestra mejora salarial al mercado interno”, cierran.