La Cámara Argentina de la Mediana Empresa realizó un estudio sobre la situación del bono de fin de año y cuántas son las empresas que pueden y quieren hacerlo.
Según un relevamiento realizado por la CAME, de 350 industrias pymes del país solo el 37,4% decidió pagar el bono, mientras que el 42,3% ya decidió no pagarlo y el 20% restante está evaluando la situación. El 90% mostro voluntad de pagarlo pero imposibilidad para poder hacerlo.
Entre los los principales motivos manifestados por las empresas sondeadas, se encuentra la paralización de las ventas que frenó la producción. Esto se nota sobre todo en pymes de sectores como máquinas y herramientas, material de transporte, calzados o textiles que vienen muy afectadas por la coyuntura.
Por otra parte, algunas empresas realizaron arreglos previos al bono con los empleados o firmaron convenios por aumentos, como en el sector comercio. Por ese motivo, no estarían dando el bono.
También, los incrementos muy fuertes y de impacto en las tarifas de servicios públicos que las dejó sin resto financiero ni liquidez. El aumento en los costos generales de las industrias que no está pudiendo ser trasladado a los precios por la baja de ventas. Efectivamente, sólo el 20% promedio de las subas de costos se incorpora al precio de venta. Por otra parte, el 73% de las industrias con aumentos de costos no realiza ningún traslado, e incluso el 10% baja los precios para poder vender, lo que debilita su rentabilidad.
Además, según aporta el portal Sección Ciudad, influye negativamente el aumento en las importaciones en algunos sectores que está causando un impacto más fuerte del que por sí provoca la baja de ventas. Así lo manifestaron desde sectores como calzado, juguetes, textiles, electrónica, etc.
Por otro lado, el incremento en la presión fiscal y la intensificación de los controles y sanciones desde la AFIP y los organismos tributarios provinciales o municipales, obligó a las fábricas a destinar la liquidez a cancelar deudas o cumplir con normativas a veces poco oportunas para el momento (por ejemplo, salidas de emergencias en locales pequeños a la calle), a fin de que no les clausuren el establecimiento.
A esto se suman las demoras en los pagos de clientes, y el incremento en los cheques rechazados que restringen las posibilidades de disponer de fondos para el bono.