Un estudio realizado por el INDECOM, revela que en lo que va del 2016, el trabajo precario aumentó en un 40%. Lo preocupante es que, muchas empresas, pasaron a sus trabajadores de un estado registrado a eliminar las cargas sociales, sin despedir.
El Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM) realizó una evaluación que lanza que en base a la baja rentabilidad de las Pymes y la inestabilidad económica que rige en la Argentina, el trabajo “en negro” aumentó un 40%. El estudio se realizó entre el 1 de enero y el 30 de junio.
Se consultaron 634 Pymes ubicadas en la Ciudad de Bs As, Gran Buenos Aires, Rosario, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y Mar del Plata y el resultado fue que el 29,3 de ellas pasaron reconocieron que durante los últimos seis meses pasaron entre 3 y 4 empleados promedio al régimen informal, eliminando las cargas impositivas y tributarias que les correspondían cuando esos trabajadores estaban incluidos en el régimen laboral. No conforme con esta irregularidad producto de la situación económica que vive la Argentina, “el 13,3 % de las pymes afirmaron que celebraron con varios de sus empleados contratos de prestación de servicios trimestrales o semestrales a cambio de exigirles la inscripción en el régimen del monotributo”, destaca el INDECOM. El 32,2 % se excusó “para evitar la suspensión de los trabajadores, el 47,6 % para no despedirlos y 20,2 restante para no llegar al quiebre definitivo”, cuenta Miguel Ángel Calvete, Presidente del organismo de estadísticas.
Continuando con los datos específicos, un 44% de las personas registradas en las bases de datos de la ANSES, se quedó “fuera del régimen de trabajo registrado en lo que va del año”. De ese total, casi un 42 % de los consultados reconoció que volvió a insertarse en el mercado laboral, pero nunca bajo las condiciones que tenían previo a perder su fuente laboral, mientras que el 59 % restante afirmó que “aún sigue sin empleo”. De toda esa masa que se quedó sin trabajo, un 28 % aseguró que perdió el trabajo en el ámbito público, y un 17 % en el sector privado.
Según Calvete, estos datos muestran que “en los primeros seis meses se registró uno de los peores comportamientos del mercado de trabajo de los últimos años, ya que a la desocupación se suman las suspensiones, los incumplimientos en los aportes y la caída del empleo registrado”. En ese sentido, aseguró que si se compara con lo sucedido en años anteriores, se vive una situación de tal magnitud que no se registraba desde el 2008-2009, cuando el país sufrió los embates de la crisis mundial”.
Como dato positivo, finalmente, Miguel Calvete destacó que “la reciente sanción en el Congreso de la Ley de incentivo Pyme, que pregona importantes beneficios para ese sector, permite proyectar que podría haber algunos índices de mejoría de cara a la segunda quincena de septiembre”. Sin embargo, agregó que “eso ocurrirá siempre y cuando esa norma este acompañada por políticas del Estado que comiencen a despegar los indicativos económicos y fomenten un escenario con menor inflación y mayor consumo que devuelva la confianza y la previsibilidad al mercado laboral”.
Para sorpresa, los pequeños empresarios, en su mayoría, afirmaron que “dejaron de pagar las cargas sociales como mecanismo de financiamiento”.