🔵La Profunda caída del poder adquisitivo es un dato clave en el devenir de los acontecimientos que podrían provocar una profundización del tejido social🔴
La economía argentina enfrenta una crisis desafiante y mucho más aun, desde el 10 de diciembre cuando el Gobierno cumplió con su palabra y sometió a trabajadores formales, informales y jubilados, a una estrepitosa caída del poder adquisitivo y una profundización de la crisis económica. Los datos que se conocieron recientemente revelan un panorama preocupante de cara a los próximos meses que solo le dan un inicio oscuro al 2024.
El Índice de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE), que mide la remuneración promedio sujeta a aportes en el empleo formal, es un indicador medular para entender la situación económica argentina.
En enero de 2024, según un gráfico presentado por Sigaut Gravina, la suba del RIPTEse ubicó significativamente por debajo de la inflación, con un 14,7% frente al 20,6% registrado. Esta discrepancia es alarmante, ya que en apenas dos meses acumuló un desplome del 18%, rozando el mínimo histórico de la serie que se remonta a mayo de 2003. Tras la devaluación posterior a las elecciones primarias, la caída se profundizó aún más, llegando al 27%, un nivel solo comparable con el colapso post Convertibilidad.
El Centro de Economía Política Argentina –CEPA-, le puso un poco de picante a la situación y publicó un estudio que muestra una caída generalizada en todas las actividades de producción y consumo durante el primer bimestre del año. La crisis se refleja en la pérdida de empleo formal y en la disminución de la actividad económica en distintos sectores.
El Gobierno, lo que es seguro, es que no parece frenar ni atender las demandas sociales ni en materia alimentaria ni mucho menos, económica.