🔵Opiniones varias y disimiles. Autocrítica, culpas, responsabilidades y un tiempo venidero complejo. ¿Será un cambio filosófico o revolucionario o un tiro en la rodilla?🔴
Algún dirigente me dijo alguna vez: “Las sociedades no se suicidan”. Bueno, pues, algo ha ocurrido que la decisión de hacerlo fue colectiva.
Las lecturas políticas –realmente- pueden ser muy volátiles y variadas. En la Provincia de Buenos Aires la victoria del peronismo/kirchnerismo fue por menos de 200.000 votos. En el Norte, la derrota fue aplastante, en el centro, también. “Hay que fusilar a varios intendentes”, me dijo un asesor. Y si bien es solo una expresión de fastidio político, la frase cala en el corazón de la estrategia que se llevó adelante durante los últimos nueve meses de campaña. “La gente se pegó un tiro en la rodilla”, me agregó.
Por la noche, le escribí a un alto Pope funcionario de la CGT. Mi pregunta era: “¿Se vienen tiempos difíciles?” y la respuesta fue contundente; “Muy”.
Otro, abogado él, me manifestó su desilusión por el resultado así: “Se viene una etapa difícil, hay que replantear absolutamente todo para ver que hacemos para adelante. Laburamos mucho, no alcanzó”. En la danza de declaraciones en Off, porque el massaso era reciente y las estrellitas todavía sobrevolaban la retina de todos, el análisis de uno de ellos, por fuera del oficialismo cegetista, aseguró que los datos son la resultante “de haber sostenido tanto tiempo a Alberto”.
Y ahí, un poco nos acercamos al punto. ¿Vamos a ser tan ingenuos de pensar que el problema de la derrota fue únicamente la militancia, la labor de los intendentes y gobernadores? Quizás esa sea una manera de endilgar responsabilidades y culpas y no asumir que se han hecho las cosas realmente mal en materia política, económica y también social.
Una dirigente, también de alto rango pero que no asoma tanto la cabeza, me ofreció otra mirada: “Esto es parte de un gran cambio, de un proceso, y como todo proceso, lleva tiempo, y Macri también es parte de ese cambio”. Me machacó no entender los movimientos históricos (admito, me sentí un poco ignorante): “Para sacar a la monarquía, la Revolución Francesa uso a la Aristocracia. No hay blanco o negro, y siempre hay alguien que marca el hito y después, si eso caló, se continúa”.
Me dijo que esto es una revolución, como la francesa o la industrial, que la particularidad que tiene este cambio es que “no responde a una gran ideología como las conocidas, como la peronista o la radical, es nueva. Es de las tecnologías, redes sociales, de la libertad de pensamiento y elección de lo que uno quiere; es mucho más profundo porque es filosófico”.
El discurso de Javier Milei ha sido realmente muy duro. Ha atacado al corazón del pacto democrático de la sociedad argentina, a los héroes de Malvinas, a la religión católica, a la educación y salud pública, a la universidad. Realmente osado. Y caló. Penetró. Quizás haya que pensar más allá y estudiar de lleno una sociedad que a pesar de un discurso realmente polémico, dijo no me importa, pero con ustedes, no voy más. Que haya decidido saltar y ver si hay agua o hay vacío.
Lo que sí es evidente, y a los números me remito, es que esto puede ser el fin de una etapa. Varios deberán repensarlo.