Vanesa Siley, secretaria general del Sitraju Caba, cuestionó fuertemente la gestión de Cambiemos. “Todas las declaraciones que han hecho tanto el Presidente como la gobernadora y otros funcionarios tienen por objetivo intentar desprestigiar al movimiento obrero”, apuntó.
La secretaria general del Sindicato de Trabajadores Judiciales (Sitraju Caba), Vanesa Siley, señaló que desde el Gobierno “durante todo 2016 encararon un diálogo totalmente infructuoso para el trabajador”, mientras que por lado existió “favorable a la parte empresaria en general”.Y aclaro que “no siempre porque hay muchos empresarios que en Argentina desde el 10 de diciembre de 2015 están perdiendo, principalmente los pequeños y medianos”.
Por su parte la dirigente de los judiciales marco el camino “ En definitiva lo que tenemos que discutir como central obrera es el modelo económico porque mientras nos circunscribimos a discusiones de instituciones como los convenios colectivos de trabajo o el derecho laboral, sigue la reapertura indiscriminada de importaciones o continúan los tarifazos enormes para el sector productivo y los hogares, y continúa una política desde el Ejecutivo Nacional de despedir a empleados públicos, conducta que luego es imitada por el sector privado. Con lo cual vemos una enorme desprotección por parte del Estado acerca del trabajo”, sentenció.
Además, opinó sobre las palabras de Mauricio Macri de los últimos días sobre querer un sindicalismo “fuerte y sano”, y sostuvo que “todas las declaraciones que han hecho tanto el Presidente como la gobernadora y otros funcionarios tienen por objetivo intentar desprestigiar al movimiento obrero”.
“Hay cinco sindicatos intervenidos en la Argentina con un mecanismo coordinado entre el Ministerio de Trabajo y el poder judicial, casi siempre de la justicia federal. Hay persecuciones a ciertos dirigentes sindicales. Hay todo un montaje estructurado para hacerle creer a la sociedad que el sindicalismo es malo, cuando en realidad sin sindicatos no habría derechos de los trabajadores”, aseguró.
Y agregó: “Nosotros claramente entendemos el ataque a la institución sindical como una intención de desprestigiar una herramienta para ir, no por los sindicatos o por los dirigentes, sino por el trabajo. Lo vemos en países con sindicalismos débiles o donde se ha fragmentado o desunido el conjunto de la clase trabajadora y pasan cosas como en Brasil donde tres centrales obreras sumisas terminaron avalando la peor reforma laboral de su historia que lo devolvió al año 1942.