🔵Como en los 90, la lógica de “comprar barato afuera” impone un alto costo social y económico a largo plazo, amenazando la estabilidad laboral y el desarrollo industrial🔴
La decisión de Petroquímica Río Tercero –conocida como PR3- de dejar de producir el químico TDI para importarlo desde Asia vuelve a encender las alarmas sobre las políticas de apertura económica.Esta medida, en línea con la desindustrialización que caracterizó a los años 90 bajo el Gobierno de Carlos Menem, amenaza el empleo argentino con una lógica que prioriza los menores costos de importación y perjudica la producción nacional.
Lucas Felici, secretario gremial del Sindicato de Químicos, describió la situación como “un momento muy triste”, destacando que “la ciudad en general está desolada”. A la fecha, ya se cuentan unos 250 despidos, tanto de empleados directos de PR3 como de trabajadores de servicios relacionados.
El Sindicato de Químicos señaló que PR3 venía aplicando políticas de vaciamiento y desinversión en los últimos años, creando condiciones inseguras de trabajo en su planta.Según Felici, “se denunciaron fugas de químicos peligrosos como fosgeno y ácidos nitrosos”, cuya contaminación afecta a la población de Río Tercero.
La producción en PR3 se mantuvo durante la pandemia, y los trabajadores argumentan que la planta generó “ganancias extraordinarias” en este tiempo. Sin embargo, la empresa decidió optar por el modelo de intermediación, perjudicando no solo a sus empleados,